El Discreto:Realce 7

El Discreto - Realce VII de Baltasar Gracián El hombre de todas horas Carta a don Vincencio Juan de Lastanosa[1] No siempre se ha de reír con Demócrito, ni siempre se ha de llorar con Heráclito, discretísimo Vincencio. Dividiendo los tiempos el divino sabio,[2] repartió los empleos. Haya vez para lo serio y también para lo humano, hora propia y hora ajena. Toda acción pide su sazón; ni se han de barajar, ni se han de singularizar; débese el tiempo a todas las tareas, que tal vez se logra y tal vez se pasa. El varón de todos ratos es señor de todos los gustos y es buscado de todos los discretos. Hizo la naturaleza al hombre un compendio de todo lo natural; haga lo mismo el arte de todo lo moral. Infeliz genio el que se declara por de una sola materia, aunque sea única, aun la más sublime; pues ¿qué, si fuere vulgar? Vicio común de los empleos: no sabe platicar el soldado sino de sus campañas, y el mercader de sus logros. Hurtanle todos el oído...

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