El Discreto:Realce 22

El Discreto - Realce XXII de Baltasar Gracián Del modo y agrado[1] Carta al doctor don Bartolomé de Morlanes,[2] capellán del Rey Nuestro Señor en la santa iglesia de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza Por este gran precepto, señor mío, mereció Cleóbulo[3] ser el primero de los sabios; luego él será el primero de los preceptos. Mas si el enseñarlo basta a dar renombre de sabio, y el primero, ¿qué le quedará para el que lo observa? Que el saber las cosas y no obrarlas, no es ser filósofo, sino gramático. Tanto se requiere en las cosas la circunstancia como la substancia; antes bien, lo primero con que topamos no son las esencias de las cosas sino las apariencias. Por lo exterior se viene en conocimiento de lo interior, y por la corteza del trato sacamos el fruto del caudal,[4] que aun a la persona que no conocemos, por el porte la juzgamos. Es el modo una de las prendas del mérito, y que cae debajo de la atención;...

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