El Discreto:Realce 2

El Discreto - Realce II de Baltasar Gracián Del señorío en el decir y en el hacer Discurso académico Es la humana naturaleza aquella que fingió Hesíodo, Pandora. No la dio Palas la sabiduría, ni Venus la hermosura, tampoco Mercurio la elocuencia, y menos Marte el valor, pero sí el arte, con la cuidadosa industria, cada día la van adelantando con una y otra perfección.[1] No la coronó Júpiter con aquel majestuoso señorío en el hacer y en el decir, que admiramos en algunos; dióselo la autoridad conseguida con el crédito, y el magisterio alcanzado con el ejercicio. Andan los más de los hombres por extremos. Unos, tan desconfiados de sí mismos, o por naturaleza propia o por malicia ajena, que les parece que en nada han de acertar, agraviando su dicha y su caudal,[2] siquiera en no probarlo; en todo hallan qué temer, descubriendo antes los topes que las conveniencias, y ríndense tanto a esta demasía de poquedad, que, no atreviéndose a obrar...

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