El Discreto:Realce 1

El Discreto - Realce I de Baltasar Gracián Genio e ingenio[1] Elogio Estos dos son los ejes del lucimiento discreto; la naturaleza los alterna y el arte los realza. Es el hombre aquel célebre microcosmos, y el alma, su firmamento. Hermanados el genio y el ingenio, en verificación de Atlante y de Alcides,[2] aseguran el brillar, por lo dichoso y lo lucido, a todo el resto de prendas. El uno sin el otro fue en muchos felicidad a medias, acusando la envidia o el descuido de la suerte. Plausible fue siempre lo entendido, pero infeliz sin el realce de una agradable genial inclinación; y, al contrario, la misma especiosidad[3] del genio hace más censurable la falta del ingenio. Juiciosamente algunos, y no de vulgar voto, negaron poderse hallar la genial felicidad sin la valentía del entender; y lo confirman con la misma denominación de genio, que está indicando originarse del ingenio; pero la experiencia nos desengaña fiel, y nos avisa sabia, con...

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