El cura de vericueto: 07

El cura de vericueto Segunda parte - Capítulo I de Leopoldo Alas «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Yo, Tomás Celorio, cura párroco de Vericueto, quiero que valga como testamento mío, en que dejo declarada mi última voluntad, este que firmo y redacto por mi propia mano en esta forma tan diferente de las usadas para tales casos, pero no menos válida si hay justicia en la tierra. -No dejo el cuerpo a los gusanos, que ya ellos se lo tomarán sin mi permiso, como cosa muy suya que es; ni dejo el alma a Dios, que fuera dejarle lo que nunca fue mío y siempre de Su Divina Majestad, como Él probará con mandarla adonde a su Justicia convenga. Lo único mío es este montón de papeles, entre los cuales se encontrará este mi testamento, junto todo ello en un arca, si antes algún ladrón, engañado por la fama falsa de rico de que me ha cargado la malicia, no entra en él escondite del supuesto tesoro que guardo bajo la cama, y con la ira del desencanto...

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