El comendador Mendoza: 25

Capítulo XXIV 25 Pág. 25 de 31 El comendador Mendoza Juan Valera Con febril impaciencia aguardó D. Fadrique el plazo que el padre le había pedido. No hay plazo que no se cumpla, y dicho plazo se cumplió al cabo. Cumpliéronse también los pronósticos del Padre. D. Valentín salió aquel día muy de mañana con el aperador para ir a la casería, de donde no pensaba volver hasta la noche. El Comendador, que lo espiaba todo, se preparó para la entrevista prometida. El P. Jacinto no se hizo aguardar mucho tiempo y vino a buscarle. Reconociendo que lo menos peligroso, lo menos ocasionado a males, era que se viesen ambos cómplices, por si lograban entenderse y convenir en algo acerca de la hermosa Clarita, no quiso el padre hablar con Doña Blanca y proponerle una conferencia con el Comendador. Tenía por seguro que se negaría, y que, ya sobre aviso, le haría más difícil, casi imposible, el hacer entrar al Comendador hasta donde ella estuviese. Así, pues, se...

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