El comendador Mendoza: 24
Capítulo XXIII 24
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El comendador Mendoza
Juan Valera
Padre Jacinto -dijo el Comendador con aire de jubiloso triunfo-, Clara es libre ya. No es menester que se case con D. Casimiro ni que sea monja.
-¿Cómo es eso, hijo mío?
-He dado por ella una suma igual a todo el caudal de D. Valentín.
-¿A quién?
-A D. Casimiro.
-¿Y con qué razón? ¿Con qué pretexto ha podido aceptarla?
-La ha aceptado con una razón que promete callar; por un motivo secreto.
-¡Válgame Dios, hijo mío! ¡Qué delirio! ¡Qué sacrificio inútil: Y dime... ese motivo secreto...! ¡Confiar así a D. Casimiro la honra de una familia ilustre!...
-Yo no le he confiado nada.
-¿Pues de qué medio te has valido?
-De una mentira; pero mentira indispensable y con la cual nadie pierde.
-¿Puedo saber esa mentira?
-Todo lo va V. a saber.
El padre prestó la mayor atención. Don Fadrique prosiguió diciendo:
-De sobra sabe V. que Paca, la primera mujer del tío Gorico, fue una...
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