El cisne de Vilamorta: 29

Capítulo XXVIII 29 Pág. 29 de 29 El cisne de Vilamorta Emilia Pardo Bazán EL Cisne ha dejado su lago natal o mejor dicho, su charca: ha cruzado el Atlántico en alas del vapor. ¿Volverá algún día? ¿Regresará con el rostro amarillento, el hígado estropeado, con algunos miles de duros en letras, guardados en la cartera, a concluir sus días donde los empezó, así como el buque desvencijado por las tempestades viene a recibir la última carena en el astillero en que fue construido? ¿Le sorprenderá a la entrada del continente joven ese temeroso mal antillano, verdugo de los íberos que tratan de emular a Colón conquistando a América, el vómito negro? ¿Se quedará por las zonas tropicales arrastrando coche, unido en matrimonial vínculo con alguna criolla? ¿Llegará a presidir cualquiera de esas repúblicas minúsculas, donde los doctores son generales y los generales doctores? ¿Se curarán sus melancolías al salitroso beso del aura marina, al contacto...

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