El cisne de Vilamorta: 13

Capítulo XII 13 Pág. 13 de 29 El cisne de Vilamorta Emilia Pardo Bazán Era Nieves lo que suele llamarse una señora cabal, sin una página turbia en su historia, sin un pensamiento de infidelidad a su marido, sin más coquetería que la del vestido y tocado; y aun esa, libre de afeites o de saliños tentadores, limitada a complacencias serviles con la moda. Su ideal, caso de tener alguno, se cifraba en una vida cómoda, elegante, rodeada de consideración social. Se había casado muy joven, dotándola don Victoriano en algunos miles de duros, y el día de la boda, su padre la llamó a su despacho de magistrado; y teniéndola de pie como a los reos, le encargó mucho que respetase y obedeciese al esposo que tomaba. Ella obedeció y respetó. Y la obediencia y el respeto desesperaron a don Victoriano, que buscaba en el matrimonio el desquite de largos años pasados en el bufete; años de abstinencia amorosa, en que los asiduos trabajos y la sedentaria vida no le...

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