El cínico: 05

Capítulo II 05 Pág. 05 de 06 El cínico- Segunda parte Felipe Trigo -¡Adelante! - oyó Mavi que la invitaban cuando la emoción la detuvo tras los rasos de la puerta. Abrió la colgadura, dio un paso y volvió aquedar inmóvil, con una sonrisa de dolor y de saludo. El momento era solemne. La llamaban, con breves frases de esperanza, y aquí iba a resolverse su destino. El desagrado que le causó reconocer a Josefina, borrábaselo el aspecto amable y bondadoso de Florencia, gruesa dama de roja y ancha cara de paz y con el pelo casi blanco. -¡Pase! ¡Siéntese usted! Avanzó, contemplada por la un poco impertinente curiosidad de las señoras, y se sentó, sin procurarse hipócritas aspectos. Este mismo contraste, esta misma dignidad de su desdicha, ante el que le pareció silencio de compasiva atención de la generosa mujer que la llamaba, hizo subir desde su corazón hasta sus ojos un callado llanto de infinita gratitud...; y alzó las manos, las finas manos nobles...

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