El castigo de la miseria: 5

none Pág. 5 de 5 El castigo de la miseria María de Zayas y Sotomayor Era (como he dicho) don Marcos poco malicioso, y así dando crédito a sus lágrimas, se entró con ella en un portal de una casa grande, donde le contó quién era doña Isidora, su trato y costumbres, y el intento con que se había casado con él, que era engañándole, como ya don Marcos lo experimentaba, bien a su costa. Díjole asimismo, cómo don Agustín no era su sobrino, sino su galán, y que era un bellaco vagamundo, que por comer y holgar, estaba como le veía amancebado con una mujer de tal trato y edad, y que ella había escondido su vestido y cadena, para dárselo junto con el suyo, y las demás joyas que le había mandado que se fuese y pusiese en parte donde él no la viese, dando fuerza a su enredo, con pensar que ella se lo había llevado. Parecióle a Marcela ser don Marcos hombre poco pendencioso, y así se atrevió a decirle tales cosas, sin temor de lo que podía suceder; o ya lo...

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