El castigo de la miseria: 4

none Pág. 4 de 5 El castigo de la miseria María de Zayas y Sotomayor Llegóse en estos entretenimientos la noche, principio de la posesión de don Marcos, y más de sus desdichas; pues antes de tomarla empezó la fortuna a darle con ellas en los ojos. Y así fue la primera darle a don Agustín un acidente; no me atrevo a decir si le causó el ver casada a su señora tía, sólo digo que puso la casa en alboroto, porque doña Isidora empezó a desconsolarse, acudiendo mas tierna que fuera razón a desnudarle, para que se acostase, haciéndole tantas caricias y regalos, que casi dio celos al desposado. El cual, viendo ya al enfermo algo sosegado, mientras su esposa se acostaba, acudió a prevenir con cuidado, que se cerrasen las puertas, y echasen las aldabas a las ventanas; cuidado que puso a las desenvueltas criadas de su querida mujer, la mayor confusión y aborrecimiento que se puede pensar, pareciéndoles achaques de celoso, y no lo eran cierto, sino de avaro;...

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