El capitán Veneno - 3

Parte Tercera: Heridas en el alma de Pedro Antonio de Alarcón I - ESCARAMUZAS Entre conversaciones y pendencias por este orden, pasaron quince o veinte días, y adelantó mucho la curación del Capitán. En la frente sólo le quedaba ya una breve cicatriz y el hueso de la pierna se iba consolidando. -¡Este hombre tiene carne de perro! -solía decir el facultativo. -¡Gracias por el favor, matasanos de Lucifer! -respondía el Capitán en son de afectuosa franqueza-. Cuando salga a la calle, he de llevarlo a usted a los toros y a las riñas de gallos; pues es usted todo un hombre!... ¡Cuidado si tiene hígados para remendar cuerpos rotos! Doña Teresa y su huésped habían acabado también por tomarse mucho cariño, aunque siempre estaban peleándose. Negábale todos los días don Jorge que tuviese hechura la concesión de la viudedad, lo cual sacaba de sus casillas a la guipuzcoana; pero a renglón seguido la invitaba a sentarse en la alcoba, y le decía que, ya que no con...

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