El camino de nuestra casa

El camino de nuestra casa de Evaristo Carriego Nos eres familiar como una cosa que fuera nuestra, solamente nuestra; familiar en las calles, en los árboles que bordean ]a acera, en la alegría bulliciosa y loca de los muchachos, en las caras de los viejos amigos, en las historias íntimas que andan de boca en boca por el barrio y en la monotonía dolorida del quejoso organillo que tanto gusta oír nuestra vecina, la de los ojos tristes... Te queremos con un cariño antiguo y silencioso, ¡caminito de nuestra casa! ¡Vieras con qué cariño te queremos! ¡Todo lo que nos haces recordar! Tus piedras parece que guardasen en secreto el rumor de los pasos familiares que se apagaron hace tiempo... Aquellos que ya no escucharemos a la hora habitual del regreso.   Caminito de nuestra casa, eres como un rostro querido que hubiéramos besado muchas veces: ¡tanto te conocemos! Todas las tardes, por la misma calle, miramos con mirar sereno, la misma escena alegre o...

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