El Anticristo:38
XXXVIII A estas alturas, no puedo evitar un suspiro. Días hay en que me domina un sentimiento más negro que la más negra melancolía: el desprecio hacia los hombres. Y para no dejar lugar a dudas acerca de qué es lo que desprecio, quién es al que desprecio, aclaro: es el hombre de ahora, el hombre del que de un modo fatal resulto contemporáneo. El hombre de ahora; me asfixia su aliento impuro... Hacia lo pasado, como toda criatura consciente, practico una gran tolerancia, esto es, un generoso dominio de mí mismo; recorro con una cautela sombría el manicomio de milenios enteros, ya se llame “cristianismo”, “credo cristiano” o “iglesia cristiana”, cuidándome muy mucho de hacer responsable a la humanidad por sus locuras. Pero mi sentimiento experimenta un vuelo y estalla en cuanto me asomo a los tiempos modernos, a nuestros tiempos. Nuestra época está esclarecida... Lo que antes era tan sólo una enfermedad, es ahora una indecencia; ahora es indecente ser...
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