El Anti-Maquiavelo - Capítulo XXIII

Cuándo debe huirse de los aduladores. Sugerimos leer el Capítulo 23 de El Príncipe primero No hay libro sobre moral ni libro de Historia en el que no se censure con dureza la debilidad de los príncipes por la adulación. Se desea, y con razón, que los reyes amen a la verdad; que sus oídos se acostumbren a escucharla. Sólo que, en forma simultánea – y esto es bastante habitual en los seres humanos – también se les exigen cosas algo contradictorias. Se desea que los príncipes sean lo suficientemente ambiciosos como para aspirar a la fama y lanzarse a grandes empresas. Y al mismo tiempo se pretende que sean tan indiferentes como para renunciar a la recompensa por sus esfuerzos. El mismo motivo que los impulsa a cosechar los aplausos se supone que debería servir para despreciarlos. Esto implica pedir un poco demasiado de un ser humano y ya se le hace un gran honor al príncipe cuando se le exige que sea más estricto consigo mismo que con los demás: Contemptus...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información