El Anti-Maquiavelo - Capítulo XVII

De la clemencia y de la severidad, y si vale más ser amado que temido Sugerimos leer el Capítulo 17 de El Príncipe primero La prenda más valiosa que le ha sido conferida a un príncipe es la vida de sus súbditos. Su oficio le otorga tanto el poder de condenar al criminal como el de indultarlo. Un buen príncipe considerará a esta potestad como la carga más pesada de su corona. Sabe que aquellos a quienes debe juzgar son seres humanos, al igual que él. Sabe que los perjuicios, las injusticias y los insultos pueden ser enmendados en este mundo pero que una sentencia de muerte apresurada provoca un mal irreparable. El príncipe sólo debe ser severo para evitar un mal mayor previsible. Tomará esta triste resolución tan sólo en algunos casos extremos, de una manera similar a la decisión de una persona que decide dejarse amputar un miembro gangrenoso para salvar a los restantes. Maquiavelo considera que estas cosas tan importantes son sólo pequeñeces. Para él, la vida...

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