El amigo Manso: 48

El amigo Manso Capítulo XLVIII de Benito Pérez Galdós Capítulo XLVIII - La boda se celebró Era un martes... Como me agrada poco hablar de esto, lo dejaré por ahora. Algo hay, anterior al acto de la boda, que no merece el olvido. Por ejemplo: doña Cándida, enterada de los proyectos de Manuel por este mismo, vio los cielos abiertos y en ellos un delicioso porvenir de parasitismo en casa de los Peñas. Con todo, no podía contravenir mi cínife la ley de su carácter, que exigía farsas extraordinarias en aquella ocasión culminante, y así, había que verla y oírla el día en que fue a casa de Lica «a desahogar su pena, a buscar consuelos en el seno de la amistad...». Porque la sola idea de que iba a vivir separada de la inocente criatura, la llenaba de congoja. ¿Qué seria de ella ya, a su edad, privada de la dulce compañía de su queridísima sobrina... única persona que de los García Grande quedaba ya en el mundo? Pero el Señor sabía lo que se hacía al...

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