El amigo Manso: 31

El amigo Manso Capítulo XXXI de Benito Pérez Galdós Capítulo XXXI - ¡Es una hipócrita! Esto caía sobre mi mente como recio martillazo sobre el yunque, y hacía vibrar mi ser todo. «Pero, Lica, cálmate, razona...». -Yo no calculo, tonto, yo siento, yo adivino, yo soy mujer. -¿Qué has visto? -Pues últimamente Irene daba muy mal las lecciones. Iba para atrás como los cangrejos. Todo lo enseñaba todo al revés... Una tarde... Ahora doy más importancia a estas cosas... la pillé leyendo una carta. Cuando entré la guardó precipitadamente. Tenía los ojos encendidos... Luego este afán de ir a casa de su tía... ¡Qué fresco! Voy comprendiendo que también la tía es buena lámpara... -¡Leía una carta! Pero esa carta, ¿por qué había de ser de tu marido? -Yo no sé... la vi de lejos, un momento... Fue como un relámpago... No vi las letras; pero mira tú, me parecía ver aquellas pes y aquellas haches tan particulares que hace José María... Esa chica, esa......

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