El amigo Manso: 13

El amigo Manso Capítulo XIII de Benito Pérez Galdós Capítulo XIII - Siempre era pálida Tan pálida como en su niñez, de buen talle, muy esbelta, delgada de cintura, de lo demás proporcionadísima, en todos sus contornos, admirable de forma, y con un aire... Sin ser una belleza de primer orden, agradaba probablemente a cuantos la veían, y con seguridad me agradaba a mí, y aun me encantaba un poquillo, para decirlo de una vez. Bien se podían poner reparos a sus facciones; pero, ¿qué rígido profesor de estética se atrevería a criticar su expresión, aquella superficie temblorosa del alma, que se veía en toda ella y en ninguna parte de ella, siempre y nunca, en los ojos y en el eco de la voz, donde estaba y donde no estaba, aquel viso del aire en derredor suyo, aquel hueco que dejaba cuando partía?... Era, hablando más llanamente, todo lo que en ella revelaba el contento de su propia suerte, la serenidad y temple del ánimo. Formando como el núcleo de todos estos...

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