El amigo de la muerte: cuento fantástico :2

El amigo de la muerte: cuento fantástico de Pedro Antonio de Alarcón II - Más servicios y méritos Acababa el mes de junio de 1724. Gil Gil llevaba dos años de zapatero; mas no por esto creáis que se había resignado con su suerte. Tenía que trabajar día y noche para ganarse el preciso sustento, y lamentaba a todas horas el deterioro consiguiente de sus hermosas manos; leía cuando le faltaba parroquia, y ni por casualidad pisaba en toda la semana el dintel de su escondido albergue. ¡Allí vivía solo, taciturno, hipocondríaco, sin otra distracción que oír de labios de la vieja alguna que otra descripción de la hermosura de Crispina López o de la generosidad del conde de Rionuevo! Ahora, los domingos, la cosa variaba completamente. Gil Gil se ponía sus antiguos vestidos de paje, muy conservados el resto de la semana, y se iba a las gradas de la iglesia de San Millán, la más próxima al palacio de Monteclaro, y donde su inolvidable Elena oía misa en mejores...

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