El abrazo de Vergara

El abrazo de Vergara de Pedro Antonio de Alarcón1854 - I - Impresiones fuertes Pues que de aventuras de viajes se trata, permitidme a mí también referir una que no desmerece de las ya leídas, y que deja tan malparados como la anterior a los que confunden a la mujer con la hembra, desconociendo que la base de operaciones y el objetivo del amor humano deben residir en el alma, y de manera alguna en el cuerpo de los beligerantes. Oíd y temblad, como dicen los tenores de ópera. Era una tarde de Mayo... (Los novelistas ponen la escena en el verano cuando escriben en el invierno, y viceversa. -El autor la pone en la primavera, porque escribe en el otoño. -Esto prueba que nadie se halla contento con lo que posee. Pocos Rubens tuvieron la humorada de retratar a su mujer en sus cuadros. Rafael hizo tantas ediciones de una panadera, porque no era enteramente suya; es decir, suya por la Iglesia. Aristóteles... -Pero ¿adónde vamos a parar? -¡Basta de paréntesis!) Corría...

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