Dos mujeres: 13

Capítulo XII 13 Pág. 13 de 34 Dos mujeres Gertrudis Gómez de Avellaneda -Y bien, ¿qué tal sigue Ud. con Catalina? -preguntaba una mañana Elvira a su primo-. Parece que durante mi enfermedad se han hecho Uds. amigos. Carlos, que estaba sentado a alguna distancia del sofá en que se hallaba tendida la convaleciente, se levantó y fue a colocarse a su lado. -La condesa -dijo- tendrá tantos amigos como personas tengan la dicha de tratarla. -Según eso -repuso Elvira sonriendo-, su opinión de Ud. respecto a ella ha cambiado mucho. Veinte días hace, un mes a lo más, que Ud. me aseguraba que jamás podría querer ni estimar a semejante mujer. Carlos se enfadó de que le recordase Elvira su prevención en contra de la condesa, y respondió con bastante sequedad: -Eso sólo prueba que si fui entonces sobrado ligero en mis juicios, soy siempre bastante sincero para no querer pasar por consecuentes a expensas de la justicia. -Ya le había dicho yo a Ud....

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