Dos mujeres: 07

Capítulo VI 07 Pág. 07 de 34 Dos mujeres Gertrudis Gómez de Avellaneda Era un bello día de invierno, de aquellos días de invierno que sólo se conocen en Madrid, cuando Carlos entrando por la puerta de Atocha vio por primera vez aquella vida activa que circula, por decirlo así, en todas las calles de la coronada villa, y que sorprende de pronto al que viene de una tranquila ciudad de provincia. Durante el viaje su pensamiento ocupado solamente de Luisa no le había permitido ningún género de distracción, y apenas la vista grandiosamente pintoresca de Sierra Morena, que siempre llama la atención aun de aquellos que la han contemplado muchas veces, logró sacarle un momento de su profunda tristeza. Pero al llegar a Madrid el movimiento y el bullicio vinieron a despertarle de su melancólico letargo, y acostumbrado ya a la silenciosa grandeza de Sevilla no pudo dejar de sorprenderse agradablemente con la impresión que le causó una población sonora y...

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