Doña Perfecta : 14

Doña PerfectaCapítulo XIV La discordia sigue creciendo de Benito Pérez Galdós Una nueva tentativa de ver a su prima Rosario fracasó al caer de la tarde. Pepe Rey se encerró en su cuarto para escribir varias cartas, y no podía apartar de su mente una idea fija. -Esta noche o mañana -decía- se acabará esto de una manera o de otra. Cuando le llamaron para la cena, doña Perfecta se dirigió a él en el comedor, diciéndole de buenas a primeras: -Querido Pepe, no te apures, yo aplacaré al Sr. D. Inocencio... Ya estoy enterada. María Remedios, que acaba de salir de aquí, me lo ha contado todo. El semblante de la señora irradiaba satisfacción, semejante a la de un artista orgulloso de su obra. -¿Qué? -Yo te disculparé, hombre. Tomarías algunas copas en el Casino, ¿no es esto? He aquí el resultado de las malas compañías. ¡D. Juan Tafetán, las Troyas!... Esto es...

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