Don Segundo Sombra: 19

Don Segundo Sombra: XIX de Ricardo Güiraldes En un par de días, tuve tiempo para conocer los habitantes del rancho. Con la partida de los paisanos, que habían venido a ayudar, quedaron las casas como eran siempre. Comíamos en la cocina, los hombres: Don Candelario, dueño de casa, Fabiano, un mensual, y Numa, un muchachote tioco, de mi edad. Nos servía la mujer de don Candelario, doña Ubaldina, alcanzándonos galleta y unos platos que casi nunca usábamos pues, cortada nuestra presa del churrasco, comíamos a cuchillo, tajeando los bocados sobre la misma galleta. Eran los únicos momentos de reunión, salvo los del mate mañanero. El puestero era hombre afable, aunque de pocas palabras. Interrogaba siempre con tono suave y comentaba las respuestas con exclamaciones de admiración: ¡Ah, pero qué bien!, ¡no le digo!, ¡ahahá! Subía las cejas agrandando los ojos para expresar su sorpresa, con lo que corregía la indiferencia de sus bigotes caídos y ralos. Hablando con...

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