Don Gonzalo González de la Gonzalera: 25

Don Gonzalo González de la Gonzalera-XXV: El club de José María de Pereda Aquella noche estuvo rechispeante. Era domingo, y además había sucesos nuevos y graves en el pueblo. Como domingo, la concurrencia fue mayor que de costumbre; más metida en vino, más hedionda por consiguiente, más pegajosa, más inquieta, más soez y más grosera; como día de sucesos gordos, la curiosidad excitada, los ánimos vidriosos, la suspicacia en el disparadero; los tímidos, atrevidos, y los atrevidos, procaces. El local no era grande; los techos muy bajos; el suelo, con media pulgada de basura, y las paredes, con lamparones y telarañas. En una de las laterales se alzaba un púlpito que, por decreto de la Junta, se había llevado allí de la ermita de San Roque; en la testera, una mesa; sobre ésta una vela de sebo en palmatoria de barro, un tintero de cuerno, un cuadernillo de papel, un jarro y un vaso; detrás de la mesa, dos sillas; alrededor de la sala, bancos, maderos y cajones...

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