Don Gonzalo González de la Gonzalera: 13

Don Gonzalo González de la Gonzalera-XIII: La bola de nieve de José María de Pereda Al día siguiente fue don Frutos a casa de don Román, y le halló en la huerta, paseándose desazonado y triste. -¿Sabe usted lo ocurrido anoche? -le preguntó. -Nada ignoro, señor don Frutos, -le respondió el caballero. -Y ¿qué le parece a usted? -Que me siento avergonzado, como si fuera yo el delincuente y no una de las víctimas del infame complot. -¿Luego usted sigue creyendo que le hay? -A no estar ciego... -Pero, señor don Román, yo no puedo acabar de comprender qué fines guían a esos infelices. -Esos infelices son ciegos instrumentos de cuatro bribones que los han seducido. -Y ¿cómo es posible eso en tan poco tiempo? ¿Cómo se ha obrado tan rápidamente esa transformación? -En virtud de un aparente absurdo que es, sin embargo, un hecho notorio en todas partes; en virtud de esa fuerza misteriosa que es impotente contra la debilidad de un hombre solo, y conquista y...

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