Don Gonzalo González de la Gonzalera: 02

Don Gonzalo González de la Gonzalera-II: El estudiante de José María de Pereda El cura de Coteruco no era un santo, ni blasonaba de serlo, y para sabio le faltaba mucho; pero era virtuoso, infatigable en el ejercicio de su delicado ministerio, y no carecía de elocuencia persuasiva para dirigir frecuentes y oportunas pláticas a sus feligreses; daba a los pobres cuanto le sobraba, y algo más, y no se separaba dé la cabecera de los enfermos en peligro de muerte. Sus recreos eran bien sencillos: cultivar un huerto que tenía, pasear por las praderas del valle, subir a Carrascosa y estar allí dos horas contemplando el paisaje; hacer de vez en cuando una visita a don Román, que le apreciaba mucho, o quedarse en el pórtico de la iglesia, o en la mitad de la mies, echando un párrafo sobre la siembra, la cosecha o el ganado, si había quien se mostrara gustoso en hablar de ello. Ni más taberna, ni más baraja, ni más escopeta, ni más tertulia. Rayaba en los sesenta años,...

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