Doctor Angelicus: 1

Doctor Angelicus Capítulo I de Leopoldo Alas ¿Pánfilo había sido niño alguna vez? ¿Era posible que aquellos ojos hundidos, yo no sé si hundidos o profundos, llenos de bondad, pero tristes y apagados, hubieran reverberado algún día los sueños alegres de la infancia? Aquella boca de labios pálidos y delgados, que jamás sonreía para el placer, sino para la resignación y la amargura, ¿habría tenido risas francas, sonoras, estrepitosas? En aquella frente rugosa y abatida, desierta de cabellos, ¿habrían flotado alguna vez rizos blondos o negros sobre una frente de matices sonrosados? Y el cuerpo mustio y encorvado, de pesados movimientos, sin gracia y achacoso, ¿fue esbelto, ligero, flexible y sano en tiempo alguno? Eufemia, considerando estos problemas, concluía por pensar que su noble esposo, su sabio marido, su eruditísima cara mitad había nacido con cincuenta años y cincuenta achaques, y que así sabía él lo que era jugar al trompo y escribir billetes...

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