Divertidas aventuras: 35

Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira Tercera parte - Capítulo IV de Roberto Payró Esto me dio mucho que pensar, confirmándome en mis primitivos temores de ver mi personalidad anulada en Buenos Aires. Y la naciente experiencia me planteaba este dilema de hierro: O eres un hombre de verdadero valor, tienes que conducirte como tal, y entonces verte probablemente condenado al desdén si no a la persecución, pues renunciarías a tus amigos actuales sin conquistarte antes otros que te defendieran, o eres un hombre mediano que debe contentarse con la medianía y aprovechar las migajas sin provocar los grandes golpes de fortuna, aguardándolos, por si llegan un día, y conservando, entretanto, todos sus puntos de apoyo. Tengo de lo uno y de lo otro, y caben en mi cabeza las grandes ideas, aunque no me dé por los grandes sacrificios, y yo, como el héroe de Stendhal, capaz de disimular mi superioridad en beneficio propio, opté por esto último. Un gran orador, secundado...

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