Divertidas aventuras: 34

Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira Tercera parte - Capítulo III de Roberto Payró Soplaba el pampero, picante y vivaz, y bajo mi sobretodo sentíame como un hombre nuevo, más alegre y más resuelto que de costumbre, para quien todas las empresas tenían que resultar fáciles y gratas. Por el cielo azul cobalto, transparente como una vidriera de colores, cruzaban rápidas nubes blancas y cenicientas, caprichosamente redondeadas, mientras que el sol, velado por momentos, lanzaba en otros a la tierra sus rayos cálidos aún, en una iluminación de apoteosis. Bajé a buen paso por las calles que el domingo dejaba desiertas y vibrantes como una caja de resonancia, hasta la vieja y miserable Estación Central, donde iba a tomar el tren para Los Olivos. Don Estanislao Rozsahegy me había invitado a una «garden-party» -la última de la estación- en su magnífica quinta. Durante el viaje recapitulé, sacudido por el traqueo del vagón, los preliminares de nuestra...

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