Divertidas aventuras: 07

Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira Primera parte - Capítulo VII de Roberto Payró El viaje en la galera, muy agradable y divertido, en un principio, sobre todo a la hora de almorzar, que adelantamos bastante para entretenernos en algo, resultó a la larga interminable y molesto, aun para nosotros que no íbamos estibados entre bolsas y paquetes, como los infelices pasajeros del interior. -¡Qué brutos hemos sido en no venirnos a caballo!- decía mi padre. Él utilizaba muy poco la diligencia, prefiriendo los largos galopes, que lo dejaban tan fresco como una lechuga, y después de los cuales afirmaba con naturalidad no exenta de satisfacción: -Veinte leguas en un día no me hacen «ni la cola», con un buen «montado» y otro de tiro. Pero temía que la jornada fuese demasiado penosa para mí, y no era hombre de hacer noche en mitad del camino, pues consideraría menoscabada con ello su fama de eximio jinete o, más bien, de «buen gaucho». En cuanto a mí, doce...

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