Divertidas aventuras: 06

Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira Primera parte - Capítulo VI de Roberto Payró Tal fue la primera parte de mis primeros amores serios, que no pasaron, naturalmente, inadvertidos para don Inginio, quien no les puso obstáculos, sin embargo, considerando que el hijo de Gómez Herrera y la hija de Rivas estaban destinados el uno a la otra, por la ley sociológica que rige a las grandes casas solariegas, en el sentir de los creyentes, todavía numerosos, en estas aristocracias de nuevo o de viejo cuño. Aquel astuto político de aldea calculaba, sin duda, que si bien mi padre no poseía una fortuna muy sólida, el porvenir que se me presentaba no dejaría de ser, gracias a mi nombre, fácil y brillante, sobre todo si Tatita y él se empeñaban en crearme una posición. Ni al uno ni al otro les faltaban medios para ello, y los dos unidos podrían hacer cuanto quisieran. Bajo y grueso, con la barba blanquecina y los bigotes amarillos por el abuso del tabaco negro, la...

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