Divertidas aventuras: 03

Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira Primera parte - Capítulo III de Roberto Payró Este acontecimiento, que debió abrir un abismo entre Vázquez y yo, provocando nuestra mutua enemistad, resultó luego, de manera lógica, punto de partida de una unión, si no estrecha, bastante afectuosa, por lo menos. Para esto fue, naturalmente, necesaria una crisis. Sufrió el castigo con estoica serenidad, quedándose en la escuela, durante dos días, hasta ya entrada la noche; pero, al tercero, antes de la hora de clase, me esperó en un campito de alfalfa que yo cruzaba siempre, y en aquella soledad me desafió a singular combate, considerando que mis fueros desaparecían extraterritorialmente de los dominios de don Lucas. -¡Vení, si sos hombre! ¡Aquí te voy a enseñar a que le pegués a los chicos! Todo mi amor propio de varón, sublevándose entonces, me hizo renunciar por el momento a las prerrogativas que él consideraba, erróneamente, suspendidas en la calle, con ese...

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