Del frío al fuego: 16

Capítulo XV 16 Pág. 16 de 27 Del frío al fuego Felipe Trigo Boga tranquilamente el Reus, como por un anchuroso lago, frente a las costas paradisíacas que desde el amanecer nos envuelven en perfumes. Son siempre un bajo y mullido bosque de vegetación asombrosa, cuyos festones de fronda rompen airosamente penachos de cocos y palmeras. «Un bosque de nardos, de gardenias, de magnolias, según se aroma el mar» -ha dicho Lucía. Y hemos comprendido el pleno Oriente, aquí. Del lado del agua, jalonan la extensión, con espaciados enormes, un monitor... un vaporcillo... un transatlántico italiano que nos muestra su bandera verde, roja y blanca... otro pequeño buque que apenas se distingue... una fragata que pierde en el azul la mancha leve de sus velas... Por tierra, grandes aves de purpúrea pluma pasan entre las gaviotas, y una ondulación suave de los festones verdes, más distantes cada vez, juega con dilatada gracia a ir fundiendo sus intensos tonos con el...

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