Decamerón: Jornada 2

El seor Cepparello engaña a un santo fraile con una falsa confesión y muere después, y habiendo sido un hombre malvado en vida, es, muerto, reputado por santo y llamado San Ciapelletto. Conviene, carísimas señoras, que a todo lo que el hombre hace le dé principio con el nombre de Aquél que fue de todos hacedor; por lo que, debiendo yo el primero dar comienzo a nuestro novelar, entiendo comenzar con uno de sus maravillosos hechos para que, oyéndolo, nuestra esperanza en él como en cosa inmutable se afirme, y siempre sea por nosotros alabado su nombre. Manifiesta cosa es que, como las cosas temporales son todas transitorias y mortales, están en sí y por fuera de sí llenas de dolor, de angustia y de fatiga, y sujetas a infinitos peligros; a los cuales no podremos nosotros sin algún error, los que vivimos mezclados con ellas y somos parte de ellas, resistir ni hacerles frente, si la especial gracia de Dios no nos presta fuerza y prudencia. La cual, a nosotros y en nosotros...

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