De la Vida Feliz - Capítulo XXII

¿Quién puede dudar que el sabio halla en las riquezas, y no en la pobreza, un material más amplio para desplegar su poder? Hay lugar para sólo una clase de virtud en la pobreza – la de no doblegarse a ella – mientras que, en la riqueza, la moderación, la liberalidad, la diligencia y la magnificencia tienen todas un amplio campo de acción. El sabio no se despreciará a sí mismo si tiene la estatura de un enano, pero aun así deseará ser alto. Y si es delicado de salud, o tuerto, podrá ser fuerte a pesar de ello; pero aun así preferirá tener un cuerpo sano y esto incluso a pesar de que sabe que hay algo en él que es más fuerte que el cuerpo. Si su salud está afectada, lo soportará pero deseará estar sano. Ciertas cosas, aun cuando son triviales en comparación con el todo, contribuyen no obstante en algo a la perpetua felicidad que surge de la virtud. Así como el impulso de un viento favorable hace feliz al marinero, así como producen agrado un día despejado y un...

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