De la Vida Feliz - Capítulo III

¿Por qué no buscar más bien algo realmente bueno – algo que se pueda sentir; no algo que se pueda exponer? Las cosas que atraen la mirada de los hombres, aquellas ante las cuales éstos se detienen, aquellas que se muestran los unos a los otros con admiración, son todas cosas que por el exterior brillan, pero por dentro carecen de valor. Busquemos algo que sea bueno más allá de la apariencia – algo que sea sólido, constante y más hermoso en su parte más oculta. Investiguemos eso y hallarás que no está lejos y puedes encontrarlo; sólo tienes que saber hacia dónde estirar la mano. Nuestra situación es como un desplazarse a tientas en la oscuridad, pasando al lado de cosas que están a mano y tropezando con los mismos objetos que buscamos. Sin embargo, para no aburrirte con tortuosos detalles, mantendré silencio sobre las opiniones de otros filósofos porque sería tedioso enumerarlas a todas. Escucha tan sólo nuestra opinión. Pero cuando digo «nuestra» no me...

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