De la Divina Providencia - Capítulo IV

El éxito premia al hombre común y hasta a la habilidad ordinaria; pero el triunfar sobre las calamidades y los miedos de la vida mortal, eso está reservado solamente a un gran hombre. En verdad te digo: el ser siempre feliz y pasar por la vida sin ninguna angustia mental equivale a ignorar la mitad de la naturaleza. Eres un gran hombre, pero ¿cómo puedo saberlo si Fortuna no te ofrece ninguna oportunidad para demostrar lo que vales? Has ingresado como participante de los Juegos Olímpicos, pero si nadie más que tú lo ha hecho, obtendrás la corona pero no la victoria. Podrás tener mis congratulaciones – no como un hombre valiente, sino como si hubieses obtenido el consulado o la magistratura; habrás tan solo aumentado tu prestigio. De modo similar podré, también, decirle a un buen hombre si ninguna circunstancia más dura le ha dado la oportunidad de mostrar la fuerza de su mente: «Te considero desafortunado porque nunca has sido desafortunado; has pasado por la vida...

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