De la Divina Providencia - Capítulo II

Si a los hombres buenos les suceden muchas cosas adversas ¿por qué decimos que al que es bueno no le puede suceder algo malo? Es que las cosas contrarias no se mezclan. Así como tantos ríos, tantas lluvias y la fuerza de tantas saludables fuentes no cambian y ni siquiera atenúan lo salado del mar, así tampoco trastorna el ánimo del varón fuerte la avalancha de las adversidades. Siempre mantiene la compostura y a todo lo que le sucede lo impregna de su mismo color, porque es más poderoso que todas las cosas externas. No digo que no las siente; pero digo que las vence y que, estando tranquilo y sereno, se alza contra las cosas que lo asaltan, juzgando que todas las adversidades son un ejercicio que fortalece su valor. ¿Pues qué hombre comprometido con lo justo no desea el esfuerzo razonable, estando dispuesto a aceptar deberes que conllevan peligros? ¿Y qué persona activa no percibe al ocio como un castigo? Vemos que los atletas deseosos de aumentar sus fuerzas, las...

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