David Copperfield - Tercera Parte - Capítulo IV

David Copperfield Tercera Parte: Capítulo IV de Charles Dickens Me parecía una cosa extraña una vez pasada la luna de miel y cuando nos quedamos solos en nuestra casita Dora y yo, libres ya de la deliciosa ocupación del amor. ¡Me parecía tan extraordinario el tener siempre a Dora a mi lado; me parecía tan extraño no tener que salir de casa para ir a verla, no tener que preocuparme por su causa ni que escribirle, no tener que devanarme los sesos para encontrar ocasión de estar solo con ella! A veces, por la noche, cuando dejaba un momento mi trabajo y la veía sentada frente a mí, me apoyaba en el respaldo de mi silla y empezaba a pensar en lo raro que era que estuviéramos allí solos, juntos, como si fuera la cosa más natural el que ya nadie tuviera que mezclarse en nuestros asuntos; que toda la novela de nuestro noviazgo estaría pronto lejana; que ya no teníamos más que tratar de hacernos felices mutuamente, gustarnos toda la vida. Cuando había en la Cámara de...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información