David Copperfield - Segunda Parte - Capítulo X

David Copperfield Segunda Parte: Capítulo X de Charles Dickens Llegué por la noche a Yarmouth y me dirigí a la posada. Sabía que la habitación reservada por Peggotty, «mi habitación», sería ocupada pronto por otro, si es que el terrible «visitante» a quien todos los vivos tienen que dejar el sitio no había llegado ya a la casa. Me dirigí, por lo tanto, a la posada para comer y alquilar un cuarto. Eran las diez de la noche cuando salí. La mayoría de las tiendas estaban cerradas, y el pueblo estaba triste. Cuando llegué ante la casa de Omer y Joram las ventanas estaban cerradas, pero la puerta de la tienda estaba abierta todavía. Como veía a lo lejos a míster Omer, que fumaba su pipa cerca de la puerta de la trastienda, entré y pregunté cómo estaba. -Por mi alma, ¿es usted? --dijo míster Omer-. ¿Cómo está usted? Siéntese. ¿Supongo que el humo no le molestará. -Nada de eso; al contrario, me gusta... en la pipa de otro. -¿En la suya no? --dijo míster...

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