Cumandá:20

Cumandá de Juan León Mera Capítulo XIX - La bolsita de piel de ardilla El tormento de la indecisión y la angustia, no había aflojado ni un instante para el desdichado misionero. En vano se mantuvo postrado en oración largas horas: el cáliz no debía pasar de él: el cielo había dispuesto que apurase sus últimas gotas. Miraba el reloj con frecuencia y le parecía que el tiempo volaba con más rapidez que de ordinario. ¡Ay! ¡cómo multiplica siempre sus alas para quien recela perder un bien o teme el arribo de una desgracia! Muy poco falta ya para la hora terrible. El padre se pone de pies; vacila; vuelve a caer de rodillas, y alza ojos y manos al crucifijo que tiene delante. Levántase de nuevo y de nuevo asimismo torna a postrarse. ¿Qué hará?... Pero esta interrogación se ha repetido mil veces a sí mismo sin hallar la respuesta. Ha escudriñado sus pensamientos, ha consultado todos sus afectos, se ha hundido en las sombras de lo pasado y ha traído a la...

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