Cumandá:13

Cumandá de Juan León Mera Capítulo XII - La fuga Era media noche. La hoguera presentaba un gran conjunto de brasas ceñido de un marco de cenizas y ramas a medio quemar, y sólo tal cual llamarada, presta a desaparecer al menor soplo del viento, se movía trémula, asida al tronco que la produjo, como el último aliento de la vida en cuerpo agonizante. El fervor de la fiesta había ido apagándose a par del fuego de la hoguera. Casi todas las hachas de viento se habían extinguido, consumida la resina, y sólo arrojaban revueltas columnillas de humo hediondo, que cuando las tendía el viento penetraban en las cabañas. La luna derramaba sin rival su luz sobre el campo silencioso y triste que dos horas antes animaban las danzas, los cantares y las exclamaciones de gozo de veinte alegres tribus. Unos pocos salvajes vagan, tambaleándose y buscando sus chozas, como el ciervo herido y moribundo que quiere abrigarse en su guarida de musgo; o bien se diría que son los manes de...

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