Cuestión de ambiente: 07

Cuestión de ambiente de Antonio de Hoyos y Vinent Capítulo VI - Tormentas Salió del baño sin haber conseguido, a pesar de la ducha fría que, siguiendo la sana costumbre adquirida en la infancia, tomaba a diario, dejar aquel estado nervioso de que por primera vez en su vida era víctima. En apariencia estaba tranquilo y hasta alegre; pero su buen humor no era natural: andaba de un lado a otro sin objeto; comenzaba canciones jamás concluidas, saltando desde las más patéticas a las más alegres; reía sin motivo, y todo su ser era presa de una alarmante sacudida nerviosa. La cosa no era para menos. Ya su naturaleza, acostumbrada al constante contacto con los elementos, ardía en aquella vida de molicie en que, si bien el cuerpo goza de voluptuosa calma, a semejanza de los orientales, no reposa como en ellos el pensamiento, sino que trabaja febrilmente, no descansando ni en sueños. En que falta el trabajo que fortifica y el opio que embrutece. En esa vida en que no se ven...

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