Cuarto Libro de La Galatea: 34

ELICIO ERASTRO ELICIO El que quisiere ver la hermosura mayor que tuvo, o tiene o terná el suelo; el fuego y el crisol donde se apura la blanca castidad, el limpio celo; todo lo que es valor, ser y cordura, 5 y cifrado en la tierra un nuevo cielo, juntas en uno alteza y cortesía, venga a mirar a la pastora mía. ERASTRO Venga a mirar a la pastora mía quien quisiere contar de gente en gente 10 que vio otro sol que daba luz al día, más claro qu’el que sale del oriente. Podrá decir cómo su fuego enfría   y abrasa al alma que tocar se siente del vivo rayo de sus ojos bellos, 15 y que no hay más que ver después de vellos. ELICIO Y que no hay más que ver después de vellos sábenlo bien estos cansados ojos, ojos que, por mi mal, fueron tan bellos, ocasión principal de mis enojos. 20 Vilos y vi que se abrasaba en ellos mi alma, y que entregaba los despojos de...

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