Clemencia Segunda parte: 8

ClemenciaSegunda Parte Capítulo VIII de Fernán Caballero Segunda parte Capítulo VIII Pablo no pudo dormir aquella noche. ¡Tenía tanta inquietud! ¡Sentía hacia Clemencia una compasión tan profunda y tan tierna, y hacia el que pudiese ser causa de sus lágrimas, ¡una ira tan vehemente! Pero al día después todo se le aclaró, cuando su tío llamándolo a su despacho, le habló en estos términos: -Pablo, hombre, tienes veintiocho años y ojos en la cara. -Sí, señor, uno y otro -contestó Pablo-, que era grave, sonriendo fríamente como solía hacerlo, oyendo las salidas y chistes de su tío, que no siempre le hacían gracia, sin que por eso le ofendiesen, aunque le fuesen hostiles; porque a un genio angelical unía Pablo la inmensa superioridad física y moral de la juventud y de la inteligencia. -Pues si así es -prosiguió don Martín-; ¿no te parecerá mi malva-rosa costal de paja?, ¿eh? -¡A mí! -exclamó Pablo, pasmado de la pregunta. -Pues, sobrino, ahora...

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