Claus el grande y Claus el chico: 5

none Pág. 5 de 7 Claus el grande y Claus el chico Hans Christian Andersen Al otro lado del bosque había un río muy grande y profundo, el agua tenía tal fuerza, que casi era imposible nadar contra la corriente. Habían construido un puente para atravesar el río. Parose Claus en este puente y dijo en alta voz para que el sacristán lo oyese. -¿Qué haré de este dichoso cofre? Pesa como si estuviese lleno de piedras. Ya estoy cansado de llevarle, lo mejor será que le eche al río. Si el agua le lleva a mi casa, tanto mejor, pero si no tampoco me importa mucho. Enseguida levantó el cofre con una mano como si quisiera tirarle al agua. - ¡Espera, espera! - gritó el sacristán desde el cofre. -¡ Déjame salir primero! - ¡Oh! - gritó Claus el chico, fingiendo asustarse, ¡el diablo está aun en él! ¡Al río, para que se ahogue! -¡ No, no! - gritó el sacristán -, no lo hagas y te daré una fanega de plata. - Eso es diferente -, respondió Claus el chico abriendo...

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