Caupolicán

Caupolicán de Rubén Darío A Enrique Hernández Miyares Es algo formidable que vio la vieja raza: robusto tronco de árbol al hombro de un campeón salvaje y aguerrido, cuya fornida maza blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón. Por casco sus cabellos, su pecho por coraza, pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, desjarretar un toro, o estrangular un león. Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día, le vio la tarde pálida, le vio la noche fría, y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán. "¡El Toqui, el Toqui!", clama la conmovida casta. Anduvo, anduvo, anduvo. La Aurora dijo: "Basta", e irguióse la alta frente del gran Caupolicán. Sonetos de Rubén Darío Ama tu ritmo - Autumnal - Caupolicán - De invierno - Venus

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información